El furor organizador de España

Las Federaciones recortan gastos, los deportistas tienen que pagarse las competiciones de su bolsillo, no hay un duro, pero aquí no paramos de organizar competiciones para todo el mundo. Acabamos de celebrar el Mundial de balonmano en Sevilla, Guadalajara, Zaragoza, Granollers, Madrid y Barcelona, cuando ya tenemos otro a la vuelta de la esquina: este verano, el de natación en Barcelona. Y el año que viene, tres más: el de baloncesto en Las Palmas, Sevilla, Granada, Bilbao, Barcelona y Madrid, el de vela en Santander y el de ciclismo en Ponferrada. Luego dirán para qué queremos los Juegos , si aquí ya los tenemos aunque sean interruptus. A ver si estamos haciendo el quijote... Nos llevamos los Mundiales que nadie quiere, y en cambio los Juegos...

 Los Juegos, como dice Samaranch, nos darían un impulso tremendo. Los Mundiales, en cambio, sólo dan problemas en estos tiempos. La necesidad obliga a ajustar los presupuestos, y lo que antes era despilfarro ahora es austeridad. De otra manera no se explican recortes de hasta cinco millones de euros en las cuentas de algunos de estos campeonatos. Es la manera de poder sacarlos adelante. Pero quizá esta demostración ayude a las aspiraciones de Madrid 2020, y nos toque, por fin, el gordo. Mientras la mayoría de los países dan un paso atrás y no quieren saber nada de manifestaciones deportivas -por eso tantas recaen en España-, nosotros las sacamos adelante. Veremos si esta buena imagen puntúa a la hora de la verdad.