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La contracrónica

Celta 1, Cristiano 2

Florentino comió ayer con Mouriño (el presidente del Celta, no confundir) y le trasladó su alegría tras esta Semana Fantástica que tiene al madridismo como una moto.

Actualizado a
Celta 1, Cristiano 2

Portada premonitoria. Ayer me levanté, como todos los domingos, imaginando que la portada del AS me elevaría el ánimo en el quiosco de mi amigo Fermín (¡gran vikingo!). Nada más verla, una sonrisa dibujó mi rostro. 'Cristiano no descansa. Ni la gripe ni el cansancio pueden con él...'. Sabía que al Madrid le esperaba un Balaídos casi lleno a reventar, que la lluvia caería como si el partido se jugase en el Amazonas, que Iago Aspas tiene una zurda talentosa más fina que la rosa del azafrán y no olvidaba que Mou abriría la red del meritaje con siete suplentes que no estuvieron en Old Trafford de inicio. Vamos, que esperaba una tarde complicada ante un Celta que ha recuperado la fiereza gestual y futbolística con Abel. Pero Cristiano juega otra Liga. La de los superdotados, incapaces de sacar un nueve en un examen de Lengua o Matemáticas conscientes de que su cerebro les da para aspirar siempre al diez. Supermán alcanzó en Vigo su victoria 100 marcando él, sobre un total de 113 encuentros en los que vio puerta de blanco. Ello demuestra su poder de influencia en los éxitos del Madrid desde que llegó aquí. Este curso ya lleva 42 chicharros y van 188 en 186 apariciones con esta camiseta, que debe ser la suya para siempre. En Balaídos provoca pesadillas. Les ha metido siete goles en los cuatro Madrid-Celta de esta temporada. Tenerle enfrente debe derribar el ánimo. Es el number one.

Escuela de fútbol. En la grada estaba toda la expedición del Real Madrid C, que unas horas antes goleó al Coruxo (1-5). Aprovecharon la cercanía geográfica y, gracias a la buena iniciativa del veterano Antonio Ruiz, viajaron con el primer equipo y anoche regresaron con ellos. Para chicos como mi paisano Sobrino, De Tomás, Dani Suárez, Llorente, Derik, Omar o Mariano fue un sueño compartir una compañía de semejante calibre. Me cuentan que los chavales vivieron un sueño todo el fin de semana. Así también se hace cantera. Y afición.

De gallego a gallego. Iago Aspas es de Moaña (Pontevedra). Diego López es de Paradela (Lugo). Ya en la primera jugada mantuvieron un duelo bestial, con un mano a mano resuelto por el cancerbero madridista con unos reflejos al estilo Old Trafford. Después hizo una parada a Álex López, abajo y pegada al palo, que sólo le he visto al mejor Casillas. Iago y Superlópez se vieron las caras más veces durante una tarde de locos y el celtiña tuvo premio a su tesón y calidad con el gol del 1-1. Aspas es la bandera del Celta, pero será difícil retenerlo en Vigo. Jugador de equipo grande. Tiempo al tiempo.

La doble M. Mourinho alcanzó ayer a Miljanic en partidos de Liga (103). Los dos marcaron una época. Pero los números del portugués son incontestables. Lleva casi un 70% de triunfos a domicilio, por sólo el 25% del yugoslavo. Mou ha impregnado al equipo de un gen competitivo que logra que el factor campo nos dé casi igual. Muerden en el Bernabéu y lejos de él. Como debe ser.

¡Segundos! En cuanto que el Atleti ha visto la sombra del Madrid en la final de Copa se ha arrugado como una colilla. Ya estamos por encima de ellos. Lo normal. La vida sigue igual.

Euforia vikinga. Mi amigo El Forchi de la Peña 7 Cobeña, los de La Resolana de Santa Bárbara de Casa (Huelva), Los Rosales de Águilas (Murcia) y de Quijorna están lanzados. Como su Madrid. Bonita racha...