Ha fallado la ley, pero también la pose
El 28 de enero, cuando arrancó el juicio de la Operación Puerto, la avalancha de medios fue tan grande que los Juzgados de Julián Camarillo se vieron desbordados. Se montó tal caos que los periodistas extranjeros añadieron una muesca más a la ya deteriorada imagen exterior de España. Aquel día atendí varias entrevistas de compañeros alemanes, daneses, franceses y británicos, que me repitieron las mismas preguntas: "¿Van a salir los nombres de todos los deportistas?" "¿Hay futbolistas?" "¿Hay tenistas?". Ahí reconfirmé que fuera aún piensan que este país no sólo no ha hecho bien los deberes, sino que ha encubierto a ídolos. Yo les expliqué que la ley española es garantista, que en la OP no se juzga el dopaje sino un delito contra la salud pública, que el juez instructor nunca quiso facilitar las bolsas para incoar expedientes, que la nueva ley quizá corrija estos problemas... Pero cuando te replican, por ejemplo, con aquel apoyo del presidente del Gobierno y el líder de la oposición a Alberto Contador cuando dio positivo, pues te das cuentas que, al margen de carencias legales, también nos falla la pose: "Que la mujer del César no sólo debe ser honrada, sino parecerlo".
La lucha contra el dopaje es voluntad y mentalidad. Vamos a topar con trabas: por ejemplo, se ha criticado mucho que la juez Julia Patricia Santamaría no haya querido aceptar la oferta de Eufemiano Fuentes de revelar los nombres de sus clientes, pero también hay que aclarar que varios juristas han entendido esa maniobra como una provocación del médico canario para buscar la nulidad del proceso. El día que podamos explicar en el extranjero cosas como ésta sin que deduzcan que hay gato encerrado, entonces habremos recuperado la credibilidad. Nos va a costar.