Iker en la sombra de ambos...
Clásico descafeinado. La lupa no se centrará en la portería como en otras ocasiones. Desde la grada Casillas verá, además de a dos colegas, a dos tipos leales que siempre han respetado su titularidad, tanto en la Selección como en el Madrid. Dos grandes guardametas que aceptaron estar un peldaño por debajo del mejor. Ambos han sabido buscar la motivación para desarrollar una carrera brillante. En el caso de Valdés, cuestionado muchas veces en su casa, aún quiere más y por eso abandonará el Barça. Seguro que hoy sentirá tristeza cuanto pite el final el árbitro. Puede ser su último Clásico.
Diego López, mientras, quiere aprovechar una oportunidad única. A sus innegables condiciones, debe sumar la poca gracia que le hace al entrenador el carácter contestatario de Casillas. Todo sumará cuando llegue el momento de decidir entre uno y otro. El gran debate montado en torno a la portería, antes y después de Navidad, se tambaleaba por la diferencia entre el primero y el segundo de la lista. Ahora todos sabemos que hay partido. Por eso el Clásico de hoy no es de trámite para Diego López...