Diego Costa, La Roja y la final copera en el Bernabéu

Diego Costa ha conquistado el corazón de los atléticos por su brega y su compromiso, pero, sobre todo, porque es bueno. Juega de espaldas, la aguanta, se gira y cuenta con un cambio de ritmo de los que marcan la diferencia. Su conducción de balón es poco vistosa por su aspecto desgarbado y sus aparentes pies planos, pero encara y se va y se va. Y tiene gol. Otro buen fichaje de Miguel Ángel Gil que ha tardado en cuajar. Esas excelentes condiciones unidas al estado de excitación que provoca su mera presencia con aires despitados en los rivales, en sus compañeros y en el público, propio y ajeno, le han convertido en el delantero del momento.

Podría sonar a descabellado lo de la Selección, y aunque ahora mismo no pueda ser, me lo imagino con La Roja en el Parque de los Príncipes desquiciando a Varane y tomando La Bastilla. Me motiva el hecho de que siendo brasileño prefiera jugar con España. Diego Costa ya es ídolo colchonero. Lo será más si aguanta tres temporadas sin que el Atleti se vea obligado a venderle por las apreturas financieras. Por cierto, los atléticos prefieren jugar la final de Copa en el Bernabéu. Si toca en el Calderón claro que les agrada. Pero gusta más ganarla en Chamartín. Haciendo honor a los Collar, Peiró, Adelardo, Futre y tantos otros y a las tres finales ganadas allí.