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El Clásico desata el Dragon Khan emocional en las redes sociales

Tuitea rápido, muere joven. EL TWITTER La frase “vive rápido y muere joven” que escribió Nicholas Ray para que la dijera John Derek en Llamad a cualquier puerta y que luego se le atribuyó a James Dean casa a la perfección con el momento futbolístico que vivimos. La victoria del Madrid en el Camp Nou por 1-3 ha desatado un fenómeno curioso del que Twitter es el más claro reflejo. Como si no hubiera mañana, desde el bando del Madrid se celebra el éxito como la sublimación de una carrera agotadora y que marca el fin a cuatro años de penitencia. Desde el Barça se juzga la derrota como el fin de una era con una sentimiento trágico desmedido.

Victoria catártica. Está claro que la victoria del Madrid fue catártica. Los primeros en demostrar mediante las Redes una euforia proporcional a los sapos que llevaban tragando desde hace tiempo fueron los técnicos del cuadro blanco, fotografiándose en el vestuario del Camp Nou. Xabi Alonso no se quedó atrás y tuvo tiempo, antes de subir al autocar, de poner el estadio a sus pies. Estaban en la cima del Dragon Khan y junto a ellos, sus seguidores.

Pesimismo atávico. En el bando culé, se vivía la bajada de la montaña rusa. Hace quince días todo era alegría y portadas estilo tuiter que han resultado ser salivazos al cielo. En una semana, el paraíso se ha agrietado. Como pasaba en el otro lado, se han expresado las emociones como si tampoco hubiera un día después. Ni la ventaja en la Liga, ni la posibilidad de remontar al Milán ni siquiera el partido de mañana en el Bernabéu eran opciones que se contemplaban. Ni tanto ni tan calvo.

La trampa de la inmediatez. El mundo actual es así, reina la inmediatez, disfrutar de los éxitos o lamentar fracasos sin tener una lectura global de la situación. Lo de augurar un posible cambio de viento, no entra en el guión. Y seguramente, está bien que así sea. La gracia de las redes sociales es el instante, pero los medios tradicionales no pueden caer en esa idea efímera. A nosotros se nos debe exigir un examen más sosegado y más amplio de la realidad. No tuiters en papel a la venta en el kiosco. El pecado está en que muchas veces esos 140 caracteres nos dictan la agenda e inspiran editoriales. Ya sería hora de que nos bajásemos del Dragon Khan, que me estoy mareando...