Así gana el Madrid de Mourinho
Y el caso es que si el Real Madrid hubiera tenido que defender de otro modo, hubiera sido capaz de hacerlo. Fue ese tipo de partido. A lo que me refiero es que el Madrid dominó el encuentro sin el balón, se escribió el guión que quisieron los blancos. Sin profundidad en los catalanes, la defensa del Madrid (convencida de lo que hacía, totalmente en sintonía con lo propuesto por el entrenador) adelantó la línea hasta el centro del campo. Y el Barcelona (sin liderazgo desde el banquillo, con mucho respeto a la velocidad de los delanteros rivales, muy largo) no supo aprovecharlo. Igual, visto lo visto, había que poner a Villa desde el minuto 20, pero se sabe que esas decisiones sólo las puede tomar el que se siente con autoridad. En todo caso, la sensación es que el Madrid parecía preparado incluso para defenderse ante Villa, ante dos falsos nueves, ante laterales reconvertidos en extremos o ante lo que le echaran.
Si se dudaba de a lo que jugaba el Madrid, ayer se vio (de nuevo) la respuesta: a ganar al Barcelona. El problema de Mourinho es que a lo mejor no ha preparado bien al equipo para ganar a los Betis o Sevillas o Granadas. Si se le fichó para ganar al Barcelona, objetivo cumplido. En todo caso, el mundo al revés: el Barcelona jugaba a jugadas y el Madrid hacía lo que tenía que hacer, entendiendo lo que cada esquina del campo necesitaba, lo que cada minuto requería. El Barcelona ha perdido la esencia: lo bueno es que tiene los ingredientes sobre el césped para recuperarla.