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Unos Mundiales que son un regalo

Unos Mundiales que son un regalo

Tenemos Mundiales a la vista. Los de natación en Barcelona. Ayer presentaron sus credenciales en Madrid. No hay que avergonzarse de organizarlos cuando no hay un duro para nuestros deportistas. Dubai renunció a estos Mundiales, y la Federación Internacional (FINA) pidió ayuda a varios países. Albert Soler, entonces director del Consejo Superior de Deportes, ofreció Barcelona. La FINA aceptó encantada. No había ciudad con mejores credenciales después de haber albergado los Mundiales de 2003, además de los Juegos de 1992. No hubo que pagar canon de organización, y el gran coste de los campeonatos, como es la instalación de dos piscinas en el Palau Sant Jordi, corre a cargo de Myrtha Pools, la compañía encargada de ello.

Estos Mundiales vienen a ser un regalo para nuestra natación. Al ser en casa, las posibilidades de medalla aumentan notablemente. Sobre todo donde hay factores subjetivos a la hora de juzgar: sincronizada, saltos y waterpolo. Además se disputarán los 50 mariposa y hasta cinco modalidades de sincro no olímpicas, donde Rafa Muñoz y la selección estarán entre los favoritos. Carpena, presidente de la Federación Española, dice que sacaremos más medallas que hace dos años. Entonces fueron seis. Ahora puede casi doblarse la cifra, lo que convertiría estos Mundiales en un éxito, como lo fue el de balonmano. Importante que salgan bien. Un mes después, Maglione, el presidente de la FINA, votará por la ciudad que será sede de los Juegos de 2020.

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