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Claro que no hay dinero para todo

Hay que comenzar a ver con naturalidad los recortes que impone la crisis. Si no hay dinero para la sanidad, para la educación y otras materias básicas, ¡cómo lo va a haber para el deporte! Pero no me refiero al deporte como actividad física que mejora la salud ciudadana, sino al deporte de competición que sustentan a las federaciones y a los clubes. Una federación que viva de sus recursos propios o un club profesional, que hagan y hasta despilfarren lo que quieran. Pero aquellas entidades que no generan lo que gastan y viven de las subvenciones públicas están obligadas a gestionar mejor sus recursos. Esto puede obligar a suspender competiciones o habilitar un copago, y la cosa no ha hecho más que empezar, porque hay gente que aún no se ha enterado.

En el baloncesto, por ejemplo, los equipos se recorren Europa de punta a punta, gastándose una millonada en viajes, cuando habría que ver sus ingresos en taquilla, sobre todo en las competiciones femeninas. Y en el atletismo acabamos de ver cómo sigue imperando el estilo Odriozola, y a los Europeos van ocho atletas sin mínima para aprender. Pues en estos tiempos a los campeonatos no se va a aprender, se va a representar a España con un dinero que damos gustosos si a cambio se ganan medallas. Dinero se ha gastado a espuertas, y ahora la necesidad obliga a una reestructuración, que ya está bien de enviar carne de cañón a las competiciones para gloria de las federaciones internacionales, porque a más participantes, más importancia se dan.