Juicio paralelo a Eufemiano

Juicio paralelo a Eufemiano

La declaración de Eufemiano Fuentes era la más esperada en el juicio de la Operación Puerto. Pues ya ha concluido. Ha podido resultar frustrante, porque apenas ha dicho algo que no se supiera. Sin embargo, algo se va avanzando. Salió el nombre de Pipe Gómez, y quedó claro, una vez más, que si queremos limpiar el ciclismo no se puede contar con la gente de la época más siniestra. La semana pasada fue José Luis Martínez, un exciclista que trabajaba para la Vuelta y le pillaron en una operación antidopaje. Ahora, el presidente de los ciclistas, con cargo en el CSD, aparece como cliente de Eufemiano. Y así anda el ciclismo, dando un paso para delante y dos para atrás. El borrón y cuenta nueva tiene que ser de verdad, con gente sin pasado.

Lo que ha quedado absolutamente demostrado es que Eufemiano estaba al frente de una trama de dopaje en toda regla. Ha admitido que realizaba transfusiones de sangre, y eso es un método prohibido. Como lo que se juzga no es el dopaje, que entonces no lo era, sí cabe hacer un juicio paralelo. Y ahí los cargos se acumulan. Quedan preguntas en el aire, cuyas respuestas llevarían a nuevos cargos. Porque si Eufemiano reconoce que sacaba sangre a los deportistas cuando se les subía el hematocrito, habría que preguntarle por qué lo tenían tan alto. Máxime cuando han aparecido bolsas enriquecidas con EPO. Si mucho o poco, esa no es la cuestión. Ese juicio paralelo se hace necesario. Nuestra credibilidad en la tolerancia cero está en juego.