Bestial Athletic ante la roca
Se preguntarán ustedes por qué el gran Athletic del año pasado yacía hasta anteayer moribundo. Yo se lo explico. Decenas de líos aparte, por su falta de fe, por bajar los brazos. Ha tenido que verse con el agua al cuello para reaparecer el equipo bestial, decidido, desatado y dinámico que Bielsa cinceló. Lo fue a demostrar precisamente ante quien le amargó la vida. Tiene un valor muy superior el 3-0 de Bucarest, pero al menos los leones se lo devolvieron en la despedida del Atlético de La Catedral. El bestial Athletic reapareció ante la roca, un grupo duro de pelar. Que se lo digan a El Cebolla, que se quitó de enmedio a Ekiza con un pisotón infame, que provocó que el del Athletic saliera en muletas. No fue como el que aún le recuerdan a Simeone sobre Guerrero, pero resultó feísimo en un choque bello, electrizante, con porterazos.
Afalta de pasar revista al ya juventino Llorente, las miradas de San Mamés estaban puestas en Iraizoz, discutido por todos menos por Bielsa. Y como acostumbra, salió a flote cuando parecía hundido. Su parada a Emre dio medio partido. El Atlético jugaba a defender como un pequeño para buscar un error. Y no lo aprovechó. Courtouis ejerció de salvavidas soberanamente, pero con Herrera de guía, fue inútil. San José, Susaeta y De Marcos pusieron orden y goleada.