El factor ambiente también juega

Victoria clara para empezar. No se esperaba menos. En un Mundial, como tienen que estar representados todos los continentes, se producen diferencias notables. Así que a Argelia le correspondió llevarse unos cuantos goles, y a nosotros cantarlos. El público se lo pasó fenomenal, y eso es importante. El público forma parte del espectáculo y crea ambiente. La Caja Mágica no se llenó -ya sabemos que eso es muy difícil-, pero lleva camino de ello. Según avance la competición, el público se irá enganchando. El balonmano no deja de ser entretenido por los muchos goles y los continuos contactos. Llegarán, además, rivales más fuertes y atractivos, como serán Hungría el jueves y sobre todo Croacia el sábado.

La cuestión es pasar esta primera fase invictos para conseguir un cruce de lo más asequible. Croacia es un hueso. Su actual generación de jugadores es la que más medallas ha ganado (seis), después de la de los franceses (ocho). A continuación vienen los daneses (cinco); después, nosotros (cuatro). Esto, contando los Europeos, Mundiales y Juegos Olímpicos de los últimos ocho años. Estamos en la élite del balonmano, y el jugar en casa proporciona ciertas ventajas. Hay que aprovecharlas. Una de ellas es la de crear el ambiente necesario para que nuestros jugadores tengan todo a favor y nada en contra. Ahí, el público tiene mucho que decir. Lo de ayer sólo fue un ensayo. A partir de ahora tiene que ir a más.