Ya ni se pasa mal

Ya ni se pasa mal

Sin emoción. El único que lo pasó mal ayer fue Falcao, pero por las patadas que le dieron los defensas del Getafe, Rafa y Juan Rodríguez, en especial el segundo. El colombiano salió sin lesionarse del Coliseum y eso es una buena noticia para el Atlético. La otra es que el equipo rojiblanco no se anda con bromas y no le da la emoción de antaño a los partidos. En otros años el Getafe hubiese marcado al principio y los nervios se hubiesen ido apoderando del equipo rojiblanco. Sin ir más lejos, en el mismo escenario, el Atlético perdió el año pasado en Liga 3-2, tras ir ganando y jugar con uno más una hora de partido. Pero no, esos ridículos ya no se repiten. Aquella sensación de rabia e impotencia es historia. Ahora el Atlético va a lo suyo: juega serio, expone lo justo, dosifica esfuerzos y se va a casa con los deberes hechos. Ya ni se pasa mal. Los tiempos de taquicardias ya han pasado.

El frío. Es de imaginar lo complicado que era jugar un partido como el de ayer, con un resultado tan claro para el Atlético y ante tan poco público, en un ambiente tan poco futbolístico. A lo mejor puede servir de prueba para el frío de Moscú, donde tendrá que jugar el equipo el 21 de febrero ante el Rubin Kazán. Entonces, es de suponer, habrá más gente en las gradas y más expectación por el partido.

La capitanía. Fue curioso ayer lo del brazalete rojiblanco, que fue pasando de brazo en brazo conforme fue transcurriendo el choque. Primero le tocó a Falcao llevarlo, pues ni Tiago ni Gabi estaban en el campo. Luego le tocó a Mario Suárez y finalmente lo recogió Gabi, cuando saltó al terreno de juego. Sin nada que llevarse a la boca, bueno es fijarse en este tipo de detalles.

Los chavales. El Cholo no se anda con historias. Óliver se quedó fuera y fueron convocados Saúl y Manquillo. Al final, el único que pudo tener unos minutos fue el lateral derecho, quien, a la postre, es el que va a tener más oportunidades a lo largo del ejercicio. En un partido tan decidido nos quedamos con ganas de ver un ratito a Saúl. El futuro es suyo, pero, de momento, sus minutos están en el filial. El Cholo no está dispuesto a regalarle minutos a nadie.

Cisma. Sí jugó Cisma y no lo hizo mal. Me alegro por él. No es fácil estar a la sombra de Filipe Luis y saber que vas a jugar poco. Y cuando tienes que entrar, hacerlo bien. Pero esto es el Atlético (el de ahora, no el de hace unos años en el que jugaron muchos que ni siquiera hubiesen soñado con ello) y Cisma lo sabe. El lateral jugó ante el Celta y no desentonó y ayer tampoco lo hizo. Lo bueno es que todos estén preparados para cuando les llegue el momento.

Lafita. Lo peor de la noche fue la lesión de Lafita, que se tuvo que retirar en camilla aquejado de fuertes dolores en su rodilla izquierda. Hoy se le harán pruebas para determinar el alcance de su lesión y ojalá que no sea nada grave. Sin Pedro León ni Barrada, era la hora de que Lafita mostrara su calidad. Su baja mermaría aún más al equipo de Luis García. Ánimo y esperamos que no sea importante.

El Cata. Por último, mención especial para Cata, quien se llevó los mayores aplausos de la noche. La afición del Getafe supo reconocer su entrega por los colores azulones en los años que los defendió. Ayer volvió al Coliseum, pero tuvo una tarde tranquila. Como todo el Atleti. Lo duro viene ahora en enero.