Previas divisionales: 49ers-Packers
Mariano Tovar
Este partido me supera. De verdad. Me parece el más
complicado de analizar con diferencia. 16 encuentros después, sigo sin
conseguir descifrar a unos Niners que en unos partidos han parecido un rodillo
y en otros han mostrado carencias preocupantes. Curiosamente, empiezan su
camino hacia postemporada contra el mismo equipo con el que debutaron en
temporada regular. ¿Quiénes han cambiado más en estos cuatro meses, los Packers
o los Niners?
A primera vista puede parece que los Niners. El relevo de Alex Smith por Kaepernick ha sido uno de los sucesos más comentados de la temporada. La decisión de Harbaugh vino condicionada por una lesión de Smith, que ya no recuperó su puesto. El magnífico rendimiento de Kaepernick convenció a su entrenador, que además encontró en él la manera de darle electricidad a un ataque demasiado plano. Aparte del relevo de QBs, los Niners siguen siendo el mismo bloque que empezó la temporada sorprendiendo a los Packers en Lambeau Field.
Sin embargo, los Packers no se parecen demasiado al equipo de septiembre. Entre lesiones y reajustes han cambiado bastantes jugadores titulares. Además, en aquellos primeros partidos vimos un grupo aún sin hacer, necesitado de rodaje para ganar empaque y que ha evolucionado en este tiempo a mejor.
Defensa, defensa y defensa. Ese ha sido su grito de guerra desde el principio de la temporada y nunca se han bajado de ese carro. Además, el guión para el sábado parece evidente. Jim Harbaugh intentará hundir la línea ofensiva de Green Bay para anular a Aaron Rodgers. Eso es exactamente lo que hicieron los Giants hace doce meses y lo que han vuelto a hacer todos los pocos equipos que se han impuesto a los Packers este año.
La pregunta es si los Niners serán capaces de llegar hasta Rodgers. Su defensa 3-4 es muy agresiva, pero tampoco colecciona sacks. El que sí lo hace es Aldon Smith. Ha conseguido 19,5 esta temporada. A Rodgers ya le hizo uno en septiembre.
La defensa minera tiene seis jugadores elegidos para la
Pro Bowl. Cinco de ellos como titulares. El
otro, NaVorro Bowman, no lo es porque el simulacro se juega con una defensa 4-3. a pesar de todo, los dos
linebackers interiores de la
Nacional serán Patrick Willis y Bowman. Sin duda, la mejor
pareja de MLBs de los últimos años. 269 placajes entre los dos, tres
intercepciones y un lema: por el centro no se corre, por el centro no se pasa. Y
para que nadie se preocupe, Justin Smith ha llegado a tiempo para que los de la
bahía puedan recibir a los Packers con su front seven de gala. La joya de la
corona, el bien más preciado de Jim Harbaugh, se presentará a la batalla al
completo y sediento de sangre.
En la secundaria, más de los mismo. Goldson y Whitner forma la pareja de safeties titulares del equipo ideal de la Nacional. ¿Sabéis en que equipo juegan?
Pero al otro lado del balón las cosas no están tan claras. El
cambio de QBs no ha provocado ninguna revolución. Alex Smith llevaba unos números
magníficos cuando fue relevado del puesto. Su gestión del ataque había sido
impecable. El único problema era su falta de pegada. Era capaz de cruzarse el
campo con parsimonia y paciencia, pero cuando el equipo requería explosividad él
no era capaz de aportarla. Con Kaepernick han ganado en pegada sin perder
seguridad. Fundamentalmente porque Harbaugh le está protegiendo con un plan de
juego que no le obliga a arriesgar. Los Niners no lanzan. Como cualquier equipo
rocoso que se precie, cimentan su ataque en un juego de carrera demoledor. Frank
Gore es el alfa y omega para ellos. Tras la llegada de Kaepernick, el QB también
se ha convertido en un factor a ritmo de option. La movilidad del joven pasador
le ha dado una nueva dimensión al ataque. Su desparpajo aporta la
imprevisibilidad que faltaba. Ahora sólo queda descubrir si le podrá la presión
de los grandes partidos. Objetivos no le faltarán. Crabtree, Moss y Vernon Davis
forman uno de los grupos de receptores más peligrosos de la competición.
También será interesante ver si la línea ofensiva, porosa en ocasiones, es capaz de frenar la avalancha que se le viene encima. La 3-4 de Green Bay está bregada en mil batallas y es muy capaz de llegar hasta Kaepernick sin caer en las trampas de la option.
Una vez más, como casi en cada partido, se repite la letanía. La clave estará en las líneas ofensivas. ¿Se derrumbará la de Green Bay? ¿Aguantará la de San Francisco?
Los 49ers vienen de una semana de descanso, y los Packers de un entrenamiento de calidad. Su partido contra los Vikings fue un paseo sin sobresaltos en el que aprovecharon para ajustar unas cosas y probar otras nuevas. Mike McCarthy es un entrenador con muy pocos recursos una vez comenzados los partidos, pero un grandísimo estratega a la hora de prepararlos. Por eso uno de los puntos más interesantes de este Niners-Packers será el duelo de entrenadores.
Pienso que los Packers llegarán al partido con varias soluciones imaginativas para compensar las limitaciones de su línea ofensiva, pero también sospecho que Harbaugh se ha pasado dos semanas rizando el rizo, buscando contrarrestar lo que sea que su enemigo pueda inventar. Un duelo de cerebros en el que McCarthy está obligado a salir victorioso. Una vez empezado el partido, Jim es mucho más eficaz y encuentra soluciones con mucha rapidez. El head coach de los Packers fracasará si tiene que arreglar entuertos sobre la marcha. En la vorágine de las pelea no consigue mantener la sangre fría. Quizá ese sea su único punto débil.
Sobre el resto de los Packers ya hablé suficiente la semana
pasada. Rodgers está enchufado, sus receptores por fin le acompañan e incluso
su ataque terrestre es capaz de convertirse en un factor. Y creo que eso es lo que
deben intentar los Packers: cargar el peso del ataque en la carrera durante los
primeros drives. Ese ha sido el mejor modo de romper el muro de San Francisco a
lo pargo de la temporada. Los Vikings les hicieron 146 yardas de carrera
(35 pases por 41 carreras); los Giants 149 yardas (28 pases por
37 carreras); los Rams sumaron 159 en el empate (41 pases por 37 carreras) y 148
en la victoria (32 pases por 36 carreras). Los Seahawks hurgaron aún más
profundo en la herida: 186
yardas de carrera (22 pases por 39 carreras). ¿Sabéis
los números de Green Bay en la primera jornada de liga? 14 intentos de carrera
para 45 yardas;
303 yardas
de pase en 44 lanzamientos. Si Green Bay quiere jugar la final de conferencia,
deberá consolidar la carrera y no darle el mando a Rodgers hasta que el partido
esté avanzado. Es una labor de paciencia, machacona, agotadora y que exige una
gran sangre fría y que la defensa mantenga el marcador igualado, pero hasta
ahora nadie ha encontrado otra fórmula para imponerse a los Niners. ¿Quién ha
dicho que ganar un partido en postemporada sea tarea sencilla?
Hay partidos en los que cualquier apuesta es a ciegas. En el Broncos-Ravens os decía que en mi opinión los de Denver superarían a los de Batimore en nueve de cada diez enfrentamientos. En este caso solo se me ocurre una decena igualada. Cinco victorias para cada uno. Los dos equipos son potentísimos, pero también irregulares. Ambos tienen armas poderosas, pero también carencias decisivas. Tampoco se puede decir que la experiencia sea un grado. Sus jugadores ya saben lo que es vivir duelos a vida o muerte en enero.
Mi pronóstico ni siquiera es una corazonada. Y lo más lógico sería apostar por el local en un duelo tan igualado. Pero creo que Aaron Rodgers, inmenso todo el año, capaz de encontrar la llave para las cerraduras más complejas, desequilibrará una batalla en la que Kaepernick puede verse sobrepasado por la responsabilidad. Este es el partido típico que se decide por los pequeños detalles. Por los intangibles. Intercepciones, fumbles, equipos especiales, penalizaciones… Y también creo que nos espera un espectáculo memorable. ¡Menudo partido!
mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl