Australia tiene marcado a Nadal

Cuando Nadal ganó aquella final de Australia en 2009 a Federer y éste rompió a llorar, ¿quién se podía imaginar el futuro que aguardaba a ambos jugadores? Entonces dimos a Nadal como definitivo sucesor del genial jugador suizo. Las lágrimas de Federer parecían un reconocimiento expreso de la cesión de su corona. Pero no fue una cesión de por vida, sino sólo temporal. Federer fue capaz de volver a ganar en Australia (2010), no así Nadal, a quien en este tiempo le salió otro rival temible: Djokovic, último doble ganador en Australia. El año pasado, contra Nadal. Partido tremendo. A cinco sets. Al final, por muy poco, no pudo ser. El torneo de Australia marca un punto de inflexión en la carrera de Nadal.

Donde él se ha atragantado los últimos años, los otros se han disparado. Con las dos victorias de Djokovic, con la de Federer, con las dos finales alcanzadas por Murray. El gran Laver entregó el trofeo de ganador a Nadal cuando venció en Australia. Cuatro años después, no ve claro el futuro de nuestro campeón. Le da miedo su rodilla. Aunque si ya la tiene curada... Pero ya son demasiadas veces las que le han impedido rendir al máximo nivel. En condiciones normales, se tenía que haber repetido la foto de 2009. No ha sido así y ahora Laver teme que el mucho tiempo sin jugar le pase factura. Un inoportuno virus la ha impedido reaparecer en Australia. Mejor esperar, pero es desde luego un torneo que le tiene marcado desde que lo ganó.