El triunfo de un talento descomunal

El triunfo de un talento descomunal

Como las carreras de coches son eso precisamente, carreras de coches, un ingeniero se ha convertido en los últimos años en la pieza clave de la F-1. Alonso se ha hartado de decirlo: "No lucho contra Vettel o Webber, lo hago contra Newey". No me pareció muy acertado el comentario del asturiano la primera vez que lo escuché, por lo que supone de cierto desprecio hacia sus rivales directos, pero también es verdad que algo de razón no le falta. Si el ingeniero jefe, el diseñador de los imbatibles Red Bull, gana casi más que los pilotos por algo será... Adrian Newey ha conseguido que la aerodinámica tenga más trascendencia que la mecánica (la potencia de los motores, para entendernos) en este deporte, algo impensable hace no demasiado tiempo.

El británico es un enamorado de su trabajo, un apasionado de la ingeniería que vive por y para lo que hace. No diría que ésa es la clave de su éxito, puesto que este talante se le puede suponer a la mayoría de los profesionales del negocio de los grandes premios. Así que más que una cuestión de talante, creo que es una cuestión de talento. Y eso le sobra a Newey hasta el extremo de poner en jaque a sus competidores. Él va siempre un paso más allá que los demás, acariciando con suavidad los límites, rozando lo reglamentario... Pero los resultados, que en definitiva son lo que cuentan, avalan esa calidad que todos envidian y persiguen. Sólo podemos lamentarnos de que no vista de rojo, porque en Maranello este genial ingeniero sería muy bien recibido...