Casillas, el gran capitán... de Mou
Comunicación. Los periodistas somos expertos en poner etiquetas. Nos gusta hablar de blancos y negros sin pasar por el gris. Potenciamos el enfrentamiento más que la reconciliación. Perseguimos titulares más que reflexiones. Así somos y así nos comportamos. Pertenecemos a la sociedad de los ciento cuarenta caracteres. Hablamos de buenos y malos y la información que manejamos acaba supeditada a las opiniones o prejuicios. Si somos de Casillas vamos a por Mou y si defendemos a Iker, atacamos al portugués. Así está montado este negocio de la comunicación del que todos formamos parte.
Tensión necesaria. Mourinho ha provocado una verdadera guerra mediática. ¿Quién podía imaginarse un debate sobre la portería merengue? ¿A quién se le hubiese ocurrido pensar hace algunos meses que estaríamos discutiendo sobre el estado de forma de Casillas? Mou consigue mantener al equipo en permanente agitación. Y eso es estrategia. Ha logrado lo que parecía imposible, que estemos hablando del próximo partido de Liga, una competición prácticamente inalcanzable para el Madrid. Pues el equipo saltará al césped del Bernabéu con la tensión de los grandes partidos y el entrenador habrá cumplido el objetivo.
El impecable Casillas. Esa motivación permanente, ese estado de estrés continuo puede llegar a agotar, a asfixiar, a unos jugadores que deben recuperar la confianza en ellos mismos y en su entrenador. Pero de la suplencia de Casillas hay que sacar algunas conclusiones. En primer lugar, que el entrenador sigue haciendo las alineaciones en el Real Madrid, lo cual es una buena noticia, que celebran los aficionados merengues. Y en segundo lugar, que el conjunto blanco cuenta con un magnífico capitán. La actitud de Iker desde su suplencia en Málaga ha sido admirable. Ni una mala palabra. Ni un mal gesto. Siempre ha puesto al Madrid por encima de todo y de todos. Casillas se ha ganado a pulso, desde hace mucho tiempo, la admiración de los aficionados y el cariño de los compañeros por un comportamiento y una profesionalidad fuera de toda duda. Pues, en los últimos días, también ha conseguido el respeto de su entrenador.
El guiño de Mou. El portugués quiso dar un toque de atención general con la suplencia de Casillas y el capitán le ha apoyado incluso en una situación especialmente dura para él. La falta de complicidad entre ambos, sumada a la guerra que hemos potenciado a través de los medios, ha acentuado el problema. Mourinho debe tener un gesto de complicidad con el mejor portero del mundo. Debe apoyarle ahora y saber apoyarse en él. Su titularidad no está en discusión. La suplencia de Casillas ha ayudado a confirmar que el Madrid, además de tener a un excelente portero, cuenta con un grandioso capitán. Muchos ya lo sabíamos. Ahora también lo sabe Mou... Y Punto Pelota.