Atletismo a la antigua usanza

Fue un cross duro. A la antigua usanza. Bajo cero y sobre nieve. No es que haya sido así siempre el cross, pero sí son condiciones en absoluto extrañas en esta especialidad. Cuando uno sale a correr en invierno, lo normal es encontrarse con muchísimo frío y barro, que llega a ser peor que la nieve. Aunque parezca mentira, estas situaciones no nos perjudican. Nuestros atletas están acostumbrados a ellas. Incluso más que aquellos que soportan inviernos extremos en otros países. Porque mientras media Europa permanece congelada y es materialmente imposible salir a correr, en España sí se puede entrenar por mal tiempo que haga. Por eso, el cross nunca se nos ha dado mal. Desde la época de Mariano Haro estamos ahí.

Nos falta la gran figura, pero en la segunda línea tenemos atletas veteranos, duros y bragados. Justo lo que hace falta para el cross. Por eso no es de extrañar que seamos asiduos al podio de los Europeos de cross. Ayer, con un primer puesto por equipos. Con Castillejo, Lamdassem, Guerra y el incombustible Higuero. La edad media de los cuatro, 32 años. Se encontraron unas duras condiciones en Budapest que no fueron obstáculo para conseguir la victoria. Ellos deben servir de ejemplo a las futuras generaciones de nuestro atletismo, que vienen acomodadas. Muy bien el segundo puesto de los Sub-23, pero preocupante los júniors. Los chicos fueron décimos, y las chicas, duodécimas. Así no vamos a ningún sitio.