El talento hecho fútbol
Pamplinas. Que si es jugador de cincuenta minutos. Que si defiende mal. Özil es una especie a proteger. Es de esos jugadores que el Bernabéu acoge tras verle tocar dos veces el balón. Necesario en un equipo para que la fantasía no desaparezca. Endeble de carácter, indolente en los gestos, disfruta inventando pases inverosímiles o, como ayer, trazando una internada imposible que acaba en gol. Y si le dejan, también puede limpiar la escuadra con un libre de falta.
Messi es el que menos corre en el Barça y el más decisivo. Cristiano queda eximido de determinadas funciones y también acaba siendo el más determinante. No estaría mal que a Özil le liberaran de picar piedra. En los dos años largos que lleva en la Liga ha dejado destellos de jugador único. En ese tiempo se ha demostrado que no es una buena receta castigarle con el banquillo cuando se desinhibe del juego. Cuando tenga la seguridad de ser un jugador clave, aflorará más su talento.