Baloncesto de dos velocidades
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Los partidos de los viernes de la Euroliga están dando como resultado un baloncesto de dos velocidades. Ya las tenía, pero no tan acusadas como ahora. Ahí tenemos al Barcelona, un gigante en la Euroliga (el único invicto de la competición, 7 partidos, 7 victorias) con mandíbula de cristal en la ACB (séptimo, con 5 victorias y 4 derrotas). El Madrid es lo contrario. En la Euroliga anda pegándose con el Fenerbahce, el Panathinaikos y el Khimki, tras contabilizar dos derrotas ante estos dos últimos equipos, mientras que en la ACB es un cañón (9 partidos, 9 victorias). La marcha del Unicaja se asemeja a la del Barcelona (6-1 en la Euroliga, y 5-4 en la ACB), y el Baskonia, como el Madrid, anda mejor en la Liga (6-3) aunque mal en Europa (2-6).
Esta doble velocidad de los equipos se ha acentuado a consecuencia de la jornada europea de los viernes. Los jugadores quieren ganar todos los partidos, por supuesto, pero es difícil cambiar la mentalización cuando entre un encuentro de Euroliga y otro de Liga no hay ni cuarenta horas de diferencia. Es obvio que, menos el Madrid, nuestros equipos se toman la Liga como un torneo secundario. Llegan cansados, generalmente después de un largo viaje incluso con diferencias horarias, y hasta despistados. Hoy juegan aquí una competición, y mañana, a miles de kilómetros, otra que nada tiene que ver con la anterior. La segunda sufre las consecuencias. Con estar entre los ocho primeros vale. ¿Quién diría que no se quieren cargar el baloncesto?
