No podemos dejar morir al Albacete
Después de la rueda de prensa de ayer pisé junto al presidente el césped del Carlos Belmonte. Miré las gradas del estadio y recordé cuando fui allí por primera vez, a finales de los 70 con mi padre. En el Belmonte he visto al Albacete en Tercera, ascender a Segunda, a Primera, descender son muchos recuerdos. Y tampoco olvido cuando un empleado del club me dijo: "Nene, ¿por qué quieres ser socio si pasando con un adulto es gratis?" Cuánta ilusión me hacía tener mi carnet del Alba. Tengo mis colecciones de camisetas, de entradas, de abonos y de vídeos. Por eso, cuando pienso que todo se puede acabar, mis ojos se enrojecen, lo tenía que decir.
Miren, yo no soy nadie, aunque tengo el privilegio de cubrir la información de mi equipo desde hace muchos años y, aunque alguna vez haya que hacer alguna crítica, soy del Alba. Y les pido colaboración para que este club no se muera. Como muchos de ustedes, soy un trabajador que sufre la crisis. Con un poquito de mi extra de Navidad compraré unas pocas acciones. Este año habrá menos regalos para mis cuatro hijos. Pero seguro que lo entenderán, porque ellos también son del Alba.