La hora de Reyes... y de Babá
Cuando aún se escuchan los ecos del derbi, ese 5-1 que perdurará para siempre en la memoria de sevillistas y béticos, el Sevilla se encuentra por el camino otro envite de caché. Un buen día para dar otro golpe en la mesa y hacer ver que los triunfos ante el Betis y el Real Madrid o la dolorosa derrota ante el Barça, con lío arbitral incluido, no son un oasis en la temporada. Y es que el equipo de Míchel se metió en una dinámica peligrosa que bien pudo llevarle a una situación complicada hace siete días. Pero llegó el derbi sevillano y la vida ha cambiado. Para el propio Sevilla y en particular a Reyes. El utrerano parece otro, pero su entrenador, que le ha dado toda la confianza del mundo, ya le ha avisado. El partido ante el Betis fue bonito, sí, pero es historia.
El 5-1 llegó como agua de mayo a Nervión y ahora las ilusiones son máximas. Aunque hubo una noticia negativa, al principio en un segundo plano por la euforia pero que puede traer cola: la lesión de Negredo. El Sevilla se queda durante tres semanas sin uno de sus estandartes, su goleador, su referente en ataque. El mejor aliado del gran Navas. Sin el vallecano, llega el momento de Babá. El senegalés, muy criticado por la grada del Sánchez Pizjuán, apenas ha tenido minutos y se le nota nervioso cada vez que juega. Es lo que tiene querer agradar, haber costado tres millones de euros y fallar todas las ocasiones que se le presentan. Pero alguna vez tendrá que llegar su gol. El Atlético ya lo sufrió el año pasado. Hoy es su día. También el de Reyes... si él quiere.