La caseta se harta ya de egoísmos

Diversos acontecimientos desde la pérdida de las finales han hecho que la caseta del Athletic quede señalada como infiel (por la filtración de la charla de Bielsa), inmadura (por actitudes de recién llegados) y egoísta (con jugadores que van por libre y en demanda de unos contratos fuera de órbita). En este último punto, se ubica la actitud de Llorente en el Bernabéu, que ha hartado a algunos de sus compañeros, como así lo han hecho saber dentro. No todo fue pasarse al vestuario del Madrid a coger camisetas. Había un equipo con la herida abierta de un 5-1 encajado ante un rival que para nada cae simpático. Y Llorente fue a su rollo, cuando si alguien ha abierto el paraguas en el diluvio de críticas son los que se cambian diariamente con él. Y luego está Amorebieta, a quien aún esperan si se involucra o no en el futuro proyecto del club, que por lo visto ha dejado de ser interesante.

Hubo reunión en el vestuario, donde toca remar para sacar adelante una campaña aún no perdida. Más que preocupados por comprar el último modelo de coche, se necesita inquietud por la imagen. No basta con ser un modelo de entrega sobre el campo, sino sembrar para que las nuevas generaciones toquen antes de abrir la puerta. En la etapa anterior, dos habituales en las sesiones de la primera plantilla se cambiaron en una caseta distinta al resto del equipo juvenil con el que jugaron un partido de Copa. Divos.