Un Mundial que es de todos

Mundiales en España los ha habido de todo: fútbol, baloncesto, atletismo, natación, ciclismo, esquí... La Fórmula 1 y las motos también recalan aquí en la disputa de sus títulos, y el tenis, con uno de sus nueve Masters 1.000. De los grandes deportes sólo nos falta ser anfitriones del balonmano y de la gimnasia artística en sus citas mundialistas. El primero está a punto de saldar su deuda con un país que es alguien en el balonmano, sobre todo masculino: un oro y un bronce en Mundiales, tres bronces en Juegos, y tres platas y un bronce en Europeos. Nueve medallas que nos sitúan como uno de los seis países que han subido al podio en las tres competiciones. Es de justicia que, por fin, seamos anfitriones, con todas las ventajas que ello representa.

Ventajas, porque todo equipo ve aumentadas sus opciones cuando juega como anfitrión, y de hecho en los grandes campeonatos cinco veces ha salido campeona la selección local, y en diez ha subido al podio, incluso dando la sorpresa, como fueron los casos de Corea en los Juegos de Seúl 88 y de Eslovenia en el Europeo 04. El Mundial 13 nos llega en un buen momento deportivo, aunque a nivel organizativo a Juan de Dios Román le esté costando la salud por haberle pillado de pleno la crisis económica. Pero también tiene la ocasión de demostrar que incluso en plena crisis somos capaces de salir airosos, lo cual irá en beneficio de la candidatura olímpica de Madrid. Es por ello que este Mundial es cosa de todos, y habrá que arrimar más el hombro.