Soldado, nueve y falso
Su tanto fue estupendo. Una volea llena de dificultad, con la pelota llegando desde atrás y sin portería a la vista. Pero Soldado manchó además su reputación. Y esta vez no sólo por su tendencia a la protesta faltona. Por más que se revisa su acción sobre Falcao, los tacos de aluminio sobre la cara, no se descubre el ánimo fortuito. El lance estuvo cargado de mala intención. Así de rotundo. También de cinismo: abre la pierna de forma antinatural, busca el encuentro con el objetivo que sabe en el suelo y hace como que no se entera. No pretendería provocar herida, pero el pie lo dejó donde quería.
El nueve se declaró luego inocente, pero en falso. Hay quien trata de disculparle enfrentando su gesto con el pisotón de Arda a Pereira, como si el empate a suciedad limpiara conciencias. Pero no, la de Soldado no la lava ni la dócil reacción del agredido. Queda señalado.