Mi respeto para el Alcoyano

Jugar en Alcoy a las diez de la noche es un suceso para este animoso pueblo alicantino. Llega el Madrid. No en plan Míster Marshall porque faltan Cristiano, Iker (Mourinho se olvidó de nombrarle, yo no), Ramos, Pepe, Xabi Alonso y Özil. Pero estará un candidato al Balón de Oro (Benzema), dos que merecerían serlo algún día (Higuaín y Di María) y uno que ya lo ganó (Kaká). Mou no se fía y por eso debe repetir el guión del año pasado, cuando sacó con dignidad un partido complicado en Ponferrada (0-2). No me perderé con el topicazo manido de que no hay enemigo pequeño, pero la historia nos demuestra que más vale hacer caso al dicho popular.

Lo del Alcorconazo aún me provoca dolores de tripa. Tampoco olvido aquella eliminación con el Real Unión de Irún pese a un hat-trick de Raúl y un golazo del canterano Alberto Bueno, ahora en el Valladolid. El Alavés también nos pulió en los tiempos del Madrid de la Séptima, con un Karembeu que debutó en la ida (1-0) creyendo que la derrota eliminaba a su equipo al no saber que había partido de vuelta. ¡Y encima su camiseta ponía Karenbeu con 'n' y no 'm'! Ya sé que lo que vende es la Champions y la Liga, por este orden. Pero la final de Copa es un broche ideal para finiquitar la temporada. Viajan 20.000 de los tuyos y si ganas es una fiesta total, con el Rey en el palco y tu gente feliz antes de irse de vacaciones. Aún recuerdo el cabezazo de Cristiano a Pinto en Mestalla. Por eso, mi respeto para el Alcoyano.