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El Rey tenía la solución: chinchetas

Pese a que los daños colaterales parece ser que han sido mínimos, tan sólo siete puntos que suman ya trece en el campeonato, a mí me parece que la cosa está bastante complicada, salvo milagro o contratiempo. Lo preocupante no son los puntos que ha despistado Ferrari en Nueva Delhi (por cierto, 25 títulos mundiales se han decidido por menos de lo que ha perdido Alonso), sino la imagen de debilidad de la Scuderia frente a los Red Bull. Fernando lo ha dado todo. Tras salir quinto (otra calificación penosa), se ha batido con los dos McLaren a golpe limpio, codos incluidos, y ha protagonizado una persecución agónica e interminable tras el Red Bull de Webber con la que el australiano va a tener pesadillas durante semanas. ¡Maldito F2012!

Alonso se acordó el sábado de Adrian Newey: "Ahora luchamos contra él". Entre esta frase y darle una patada en el trasero a Stefano Domenicali hay muy poca diferencia. También percibo que es una tarjeta amarilla para Luca Cordero di Montezemolo. Y visto lo visto en la India, tras tantas filtraciones de paquetes de mejoras y otras fantasías en el F2012, el coche más parcheado y costoso de la historia de la F-1, no es de extrañar el pellizco del asturiano a sus ingenieros. Su declaración ha sido un grito de socorro, se siente solo. Quedan tres carreras, tres oportunidades de Ferrari para devolver al asturiano lo que le deben, aunque me parece más factible la ocurrente propuesta que hizo El Rey: "Podemos ponerle chinchetas a Vettel".