Casey Stoner ha dejado muy claro que no va a ayudar a Dani Pedrosa. Este chico no entiende muy bien lo que es trabajar en equipo y desconoce el significado de palabras como fidelidad (con Honda), amistad (con Pedrosa), compromiso (con Repsol) u honradez (consigo mismo). Su actitud es tan desleal que sólo podría ser comparable a que, por ejemplo, Honda le hubiera dejado de pagar su salario durante las carreras que ha faltado por lesión. No se cuál de los dos posturas es más indigna, pero como Honda no ha incumplido sus compromisos, el que ha quedado retratado ha sido Stoner. Lo que sí creo que sería lícito es que los japoneses le digan al australiano, como a un trabajador más, que si no ayuda a ganar el Mundial a Pedrosa, no cobrará...

Dicen que el motivo de su carácter agrio es que no se siente reconocido por la afición ni por los medios de comunicación. Posiblemente tenga razón, pero para caer en gracia como, por ejemplo, Valentino Rossi, no vale con ganar carreras y campeonatos del mundo, hace falta un extra, un encanto especial que si no se tiene hay que trabajarlo cuando acaban las carreras. Algunos lo llaman simpatía, otros márketing, y Stoner carece de ambos, imagino porque le da la santísima gana. En mayo, cuando comunicó su retirada, puso al Mundial a bajar de un burro. Ahora, sonriente, afirma que pasa de ayudar a Pedrosa. Tiene lo que se merece, dos títulos de MotoGP y pocas simpatías. Seguro que cuando regrese dentro de uno o dos años, lo hace con otra cara.