Mou y Tito tienen que arriesgar
Era el partido ideal para que el Barça esperara al rival en su campo. Tantos puntos de diferencia le permitían especular buscando que la ansiedad se acabara comiendo al rival. Pero eso, poco probable por su filosofía, resulta ahora imposible viendo los problemas en defensa con los dos titulares en la enfermería. Sería casi un suicidio. Deberá fiar su suerte al potencial en ataque, a la inspiración de Messi en su nueva faceta de pasador y a la contundencia que ha demostrado en los Clásicos, pese a que el juego no acompañara en ocasiones. Y puede que no le alcance. Ya pasó en la Supercopa. Entonces, los de arriba cumplieron con su trabajo, pero tremendos fallos en defensa les hicieron perder. Y eso que contaba con los jugadores que ahora son baja obligada.
Mou tiene la oportunidad de borrar la imagen gris y timorata de sus primeros Clásicos, donde parecía servirle el mantener su puerta a cero, regalándole el balón y la iniciativa al rival. Las semifinales perdidas en la Champions marcaron un antes y un después. Ahora el Madrid busca al Barça, presiona arriba, ataca con todo, persigue el gol sea cual sea el resultado. Y no le ha ido mal. Rompió la racha de victorias del Barça en el Bernabéu, le arrebató una Liga y una Supercopa y, lo que resulta más positivo, ha desaparecido esa sensación de inferioridad que presidía los anteriores Clásicos. Mañana incluso tendrá que arriesgar más. Mou sabe que 11 puntos de desventaja, aún en octubre, dejan casi sentenciado el campeonato. Para su equipo sí que es toda una final.