El sueño de una noche de verano
Fue una noche para soñar. Es más, todavía, y cuando han pasado dos días del festival de Eurovisión que vimos en La Rosaleda, es difícil conciliar el sueño a la primera, por las muchas vivencias que se agolpan en la mente. Ver esa Bombonera llena de colores blanquiazules, agitada por el espectáculo que estaban dando unos jugadores muy profesionales, con un faro y maestro como el técnico Manuel Pellegrini, es para que no se olvide nunca. Tanto los que vieron el partido en directo como los que lo hicieron a través de la televisión o lo escucharon en la radio (Cadena SER), lo guardarán en su cabeza y en su baúl de los recuerdos. Fue emocionante ver al día siguiente a niños y niñas con sus camisetas del Málaga en los colegios. Fue espectacular pasear por la bella Málaga y presenciar a numerosos jóvenes y no tan jóvenes con la elástica albiceleste o blanquiazul. Incluso vi alguno con la camiseta del ascenso a Segunda División (Kelme).
Existe la Malagamanía. La inmensa mayoría, ya sea en nuestra ciudad y provincia, como en España, en Europa y en el mundo, está embelesada con el Málaga y con Isco. Ahora ya salen los oportunistas de turno a decir que si lo quiere el Barcelona, el Real Madrid o el Manchester United. Isco es malagueño, del Málaga, y tiene una cláusula de 21 millones que, si quieren él y el club, se ampliará con el consiguiente aumento de su salario. Lo demás son milongas que intentan desestabilizar. A disfrutar. El Málaga es un sentimiento. Volveré.