El Mundial es cosa de dos pilotos
No quiero exagerar, pero empiezo a tener la sensación de que Fernando Alonso está realizando una de las mejores temporadas que recuerdo a un piloto de F-1. Los tifosi de Ferrari no habían visto a un piloto suyo hacer las ocho primeras vueltas con la bravura y el valor que las hizo el asturiano, por lo menos desde Gilles Villenueve. Les aseguro que si llega a estar Enzo Ferrari le contrata de por vida. Salir décimo y jugarse un Mundial emparedado entre nitroglicerina (Maldonado), TNT (Kobayashi) y dos adeptos a la pólvora (Raikkonen y Rosberg), tiene que ser preocupante; pero hacerlo porque tu equipo te ha vuelto a fallar, esta vez por una mísera pieza de un euro, tiene que ser la bomba. El sábado sólo se hizo una cosa bien, quedar delante de Webber. Sin comentarios.
Pero ya ven, quien la busca la consigue y Alonso, con la moral de un alcoyano, dio la vuelta a tanto desatino, aunque no sin antes sufrir otros dos: la telemetría no funcionaba y la estrategia de Ferrari tampoco era la buena. Nuevo error y adiós al segundo puesto y a otros tres puntos. Habrá que ir pensando en fichar al estratega de Sauber, además de al mexicano Sergio Pérez, que ya saca 18 puntos de ventaja en la clasificación a Felipe Massa (otra vez su aportación fue casi nula). Pero las carambolas no acabaron aquí. El cascarrabias de Sebastian Vettel (su rifirrafe con Alonso no merecía un drive through) se quedó fuera por avería, al igual que Mark Webber y Jenson Button, por lo que este Mundial tiene toda la pinta de ser cosa de dos, Alonso o Lewis Hamilton.