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A veces el silencio no es prudente

Ya estamos en septiembre, el mes en el que Llorente situó el reinicio de las obras del nuevo estadio, tras no hacerlo en mayo. Como ya expliqué, no fue culpa suya y no lo será que no se reinicien ahora que pinta tiene de que no comiencen. Es más, Llorente ha gestionado con enorme eficacia y rapidez, ayudado por el poder político que también quiere quitarse este marrón, todas las obligaciones que urbanísticamente tenía que cumplir el Valencia. De esta forma, la compradora Newcoval ( Aedifica+Bankia) estaría obligada a cumplir las suyas: quedarse con el solar del viejo Mestalla, la torre de oficinas del nuevo y la Ciudad Deportiva de Paterna. A cambio, el Valencia se quedaría a cero de deuda bancaria e institucional y volvería a pedir un nuevo préstamo de 180 millones a Bankia con el que terminaría el nuevo estadio y construiría su ciudad deportiva en Porxinos.

P ero todo depende de que Bankia se mantenga en pie. Y aquí los valencianistas están a oscuras, desinformados por su presidente, que sí ha informado a los partidos políticos y a aquellos destacados valencianistas y accionistas que ha elegido a dedo Llorente. ¿Y por qué tiene más derecho Jaime Ortí que el Chato de conocer la información? Si sigue enrocado en su silencio se dispararán las especulaciones. Es hora de salir de la madriguera y contarle a quienes de verdad son sus clientes (afición y abonados) lo que está pasando. Si no, cuando las obras no comiencen, empezaran a echarle la culpa a él sin tenerla.