El Athletic ya no está en obras

El Athletic ya no está en obras

La maldita final de Bucarest, de algarabía colchonera, en la que Falcao metió en depresión al Athletic, ha hecho más daño del esperado. Nadie podía pensar hace menos de cuatro meses que el equipo revelación de Europa se pudiese desintegrar por el interés de Llorente y Javi Martínez de tener otras miras. Bielsa, en el ojo del huracán para algunos y en el santoral para gran parte de La Catedral, se ha visto en la obligación de reconstruir un proyecto que pisará el Vicente Calderón con la misma filosofía y un obligado cambio de nombres. El varapalo en la primera jornada ante el Betis hace que los bilbaínos visiten intranquilos a Simeone y cía, pero la sensación del vestuario es que se han terminado las obras en Lezama, que el equipo está ya en la vía.

La gran prueba la pasa una zaga debilitada hasta que se decida si sigue o no Javi Martínez. El Helsinki no era un adversario para medir si se habían corregido los errores, aunque lograr la mayor goleada de la jornada en la Europa League ya es significado de algo. Este Athletic es muy bueno cuando encuentra el sitio y combinan Iturraspe, Iraola y Herrera, cuando De Marcos y Susaeta lanzan con el cuchillo afilado sus desmarques. A ellos se han sumado dos fichajes que no reclamó Bielsa pero están destinados a ser claves en la resurrección rojiblanca: Isma López y Aduriz. Tienen calidad y de ahí que El Loco ya apueste decididamente por ellos. Si el Atlético se agrupa y ayuda, agobiará al Athletic. Si juega a verlas venir, se meterá en un lío desde el minuto uno.