Hay que desenmascararse". Así concluía ayer Marcelo Bielsa su rifi-rafe con un periodista que, salvando las distancias y las formas, recordó al de Javier Clemente hace unos meses en la sala de prensa del Sporting. Sostiene Bielsa que Koldo Urriz, periodista de ETB, obra con mala intención al preguntarle por los descartes, a quien el técnico no trata como al resto de la plantilla. La pasada temporada se disculpó por el trato a los descartes y esta campaña lo repite. También acusó al periodista de estar desinformado. Y le dijo que no le extrañaba su pregunta porque ese periodismo se hace en muchas partes del mundo. Hace unos días ya acusó a Javier Ortiz de Lazcano, del Correo, de mentir.

Quizás sea excesivo concluir que Bielsa se ha clementizado, volviéndose confrontacional como el exentrenador del Athletic y la Selección. Precisamente, el artículo de Clemente en El Mundo la pasada semana, atacando con firmeza al Athletic por cómo está gerenciando el Caso Llorente y criticando que se filtre desde el club lo que iba a cobrar el riojano (no se ha filtrado lo que cobra Bielsa, por cierto) hace inevitable el paralelismo. Bielsa, como Clemente, ha elegido al periodismo como enemigo. En eso, y en su pelea con el jefe de obras de Lezama, Marcelo sí se ha clementizado.