El mejor cóctel en Arrate

He notado mucha pasión a mi alrededor durante esta tercera etapa de la Vuelta a España. Y no me extraña. La jornada ha reunido todos los ingredientes necesarios para vibrar enfrente del televisor o a pie de carretera. Vamos con la receta… Uno, un final atractivo y con solera: el Santuario de Arrate. Dos, nombres propios: Valverde, Purito, Froome y Contador han encabezado, por este orden, la clasificación. Tres, la actitud: los gallos se han fajado durante toda la subida, especialmente un hambriento Contador. Y cuatro, un público ejemplar: el País Vasco siempre responde (muchas veces me pregunto cómo ha podido sobrevivir la Vuelta sin esta afición durante tantos años). Con este cóctel, es difícil que la experiencia salga mal.

La etapa, además, nos sirve para sacar algunas conclusiones, aunque a estas alturas nunca pueden considerarse definitivas. La primera, que Alberto Contador viene con mucha hambre después de su sanción. Como ya se había visto el día anterior cuando cazó dos segundos de bonificación, el madrileño quiere subir al podio más pronto que tarde. Es su hábitat natural. Y seguramente lo entiende también como una especie de reivindicación. A Contador le gusta el ciclismo de ataque y no ha guardado un gramo. El aficionado y el espectáculo lo agradecen… Así que, por mi parte, hago oídos sordos a los apocalípticos que hablan de un desgaste innecesario.

La segunda, que Chris Froome se va a tomar en serio esta Vuelta, que viene a por todas. Ha tardado más que Valverde y Purito en responder a los ataques de Contador, pero al final nunca ha perdido el rebufo de los tres. Eso tiene una doble lectura: Froome es menos explosivo y, posiblemente, también esté menos fresco después del tute que se metió en el Tour y en los Juegos Olímpicos. Me quedo, en cualquier caso, con su actitud y su entrega.

La tercera, que Purito Rodríguez está como imaginábamos que estaba después de verle en la Vuelta a Burgos y en la Clásica de San Sebastián. Llega fuerte a un recorrido que, con tantas metas explosivas, le favorece. No pudo ganar en Arrate por un exceso de confianza. Sabía que el ciclista que entrara primero en la última curva tenía todas las de ganar… Siempre que no te relajes en el momento inadecuado y detrás no lleves a un tal Valverde, según aprendió después. “No he perdido por débil, sino por estúpido”, fue su autocrítica tras la etapa. Se resarcirá seguro.

Y cuarta, que Alejandro Valverde ha llegado con un buen punto competitivo. Había la sospecha de que el murciano se iba a tomar esta Vuelta como preparación para el Mundial de Valkenburg. Después de lo visto en Arrate, y tras comprobar también que Cobo está de momento para portar bidones, creo que Valverde no está de paso… De momento, ya viste el maillot rojo.

Con este panorama, este martes se sube a Valdezcaray… Con los mismos ingredientes, con los mismos nombres propios… Y, seguramente, con más invitados a la fiesta.

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