Ferrari no debe tener altibajos
El Mundial supera su ecuador y Fernando Alonso se va de vacaciones con cuarenta puntos de ventaja. Si esto nos lo dice alguien en mayo le hubiéramos tachado de loco, pero está visto que esta temporada es una de las más imprevisibles y descontroladas de la historia de la F-1 y que cualquier cosa puede ocurrir de aquí al GP de Brasil en noviembre. El título se lo van a jugar entre cinco pilotos, de los que cuatro ya han sido campeones del mundo (faltan Schumacher, por ahora la gran decepción del año, y Button) y cuatro marcas. Más diversidad imposible. Y no cabe duda de que el gran favorito es Alonso, pero cuidado, que después de lo que hemos visto en Hungría alguien deberá activar las alarmas en Maranello: el F2012 es un 80% Alonso y un 20% Ferrari.
Y si alguien tiene alguna duda, que seguro que Stefano Domenicali la tiene (Montezemolo, gracias a Dios, ya no), observen el siguiente dato: Ferrari ya es cuarta en el Mundial de marcas por detrás de Red Bull, McLaren y ¡Lotus! Dato más contundente imposible de encontrar. Y cierto que hay que mirar de reojo y con desconfianza a Felipe Massa, que ya no es aquél que quedó subcampeón del mundo, pero no tiene toda la culpa. El monoplaza de Maranello es un proyecto mal parido, parcheado carrera tras carrera y que encima le está costando un ojo de la cara a la empresa italiana. Lo de ayer en Hungría, tras el gran nivel de Alemania, fue muy triste. Ferrari ni puede tener estos altibajos, ni depender de una sola persona y mucho menos dar esta imagen de racanería.