He visto una maniobra muy extraña
El equipo español hizo lo más difícil: provocar el corte con Luis León Sánchez y meter a tres ciclistas en él. Castroviejo, escapado desde el primer kilómetro y sacrificado luego en la fuga, hizo un carrerón, también Luisle llegó gastado. España se guardaba a Valverde como baza para rematar, pero Alejandro no tuvo su día. Una vez más se demostró lo difícil que es controlar la carrera olímpica con sólo cinco ciclistas. Los británicos se cebaron desde el principio porque tenían la mejor baza para el sprint, Cavendish, pero terminaron desfondados.
La carrera se la jugaron los fugados y se decidió con el primer ataque de Urán y Vinokourov. En el grupo había muchos corredores que no tenían compañeros y nadie se decidió ir a por ellos. La caída de Cancellara lo trastocó todo, era el mejor para ganar y tenía tres compañeros que no hubieran permitido esa fuga. Y luego, en el sprint decisivo he visto una maniobra muy extraña. A tres kilómetros de meta el colombiano decidió guardar fuerzas. Vinokourov habló con él y se puso a tirar. Y ya en la recta final Urán se puso a mirar a sus perseguidores por el lado contrario donde estaba su rival. Un error que no puede cometer un profesional. Vinokourov aprovechó para arrancar y cuando el colombiano quiso reaccionar le sacaba ya tres bicicletas.