No extraña que quiera vender
No es de extrañar que el jeque quiera vender el Málaga. Algo se cuece desde hace tiempo, porque no es normal que las deudas con jugadores, clubes, empleados y proveedores afloren cuando ha sido la temporada más brillante de la entidad en todos sus años de historia. El jeque compró el Málaga porque le apeteció, y supongo que también vería una forma de darse a conocer a través del fútbol para acometer sus negocios privados (Puerto Deportivo de Marbella y la Academia). Estos asuntos están en proceso embrionario, con muchas trabas, y a lo mejor ha pensado que es mejor retirarse de la entidad en la que ha puesto mucho no, muchísimo dinero, más de 100 millones de euros, ya que no ve rentabilidad. Esa cantidad de millones era algo impensable.
Mientras tanto, la plantilla en Venezuela ajena a estos líos y esperando a jugar esta noche el último partido de la gira para regresar y esperar que parte de lo adeudado se lo abonen el martes como prometió el club en Campoamor. La Liga y la Champions están a la vuelta de la esquina y no es bueno que no haya tranquilidad. Nadie del club, nadie, ha salido públicamente a contar como está la situación y la incertidumbre es enorme. Aún así, el Málaga es un sentimiento. Volveré.