Lo que nos une es Madrid

Dejemos aparte prejuicios, filiaciones políticas y multas de la ORA. Despejemos el terreno para hablar de deporte. De Juegos Olímpicos. Recibamos entonces a Ana Botella, alcaldesa de Madrid, ciudad aspirante e insistente como un amante no correspondido. Ahora, tomemos notas. La primera: la alcaldesa es simpática y no se acompaña del bastón de mando. Llegados a este punto, comprendo la indignación de ciertos lectores. Para sobrellevar la crisis ayudaría más una alcaldesa arrogante, pero no es el caso. Botella practica el diálogo (hablar y escuchar) y carece de afectación. Siempre nos quedará Merkel.

Sobre su discurso deportivo poco se puede comentar porque no era día de examen, sino de encuentro. A cambio, nos quedó claro el entusiasmo y la ilusión olímpica. También la competencia del equipo que la acompaña. Ni subalternos ni palmeros (por aquí han pasado políticos con coro rociero). Equipo. La complicidad con los colaboradores dice bastante de quien manda. Un almuerzo da para advertir estas cosas, pero no muchas más. Sobre lo básico no hay dudas. Si hablamos de Juegos, no nos unen las multas o las filiaciones. Nos une Madrid.