Rojas y la ley del Tour

Los cinco integrantes del equipo olímpico español estaban disputando el Tour de Francia. Este mismo martes publicábamos en AS un reportaje y una fotografía con todos ellos. El seleccionador valoraba como algo positivo que participaran en la Grande Boucle, lo que aseguraba, en su opinión, que llegaran en un buen punto competitivo a los Juegos de Londres. “¡Fíjate cómo acabó el año pasado Rojas! Peleando el maillot verde con Cavendish hasta el final”, me comentaba José Luis De Santos no hace mucho. Pues bien, Rojas ya no está en el Tour ni estará en Londres. Una triple fractura de clavícula en la tercera etapa le ha dejado fuera de combate. En carrera continúan Freire, Valverde, Samuel y Luis León, aunque este último también bastante maltrecho por su caída del lunes.

Es la ley del Tour. Casualmente, este 4 de julio se cumplen 20 años del inicio de mi primer Tour como periodista… Una de las primeras lecciones que aprendió aquel joven debutante fue que la semana inicial de esta carrera es una prueba de supervivencia. Y edición tras edición, unas allá y otras acá, lo he ido constatando. Las caídas son inherentes al ciclismo, pero en el caso del Tour se multiplican las posibilidades. Los mejores ciclistas del mundo llegan a la mejor carrera del mundo en su mejor momento de forma. Todos están fuertes y todos quieren rodar delante, pero delante no caben todos. La ecuación se repite siempre… No falla.

No hace falta irse muy lejos para comprobarlo. El año pasado, la primera mitad de la carrera cortó las alas a varios aspirantes: Wiggins, Van den Broeck, Brajkovic, Vinokourov, Klöden… Todos ellos por caídas. El propio Alberto Contador sufrió varios percances que le tuvieron penando durante el resto del Tour. Por eso, cuando oigo repetir a Samuel Sánchez en todas las jornadas aquello de que “hemos superado otro día sin incidentes”, primero me echo las manos a la cabeza como periodista por la falta de un buen titular, pero en el fondo entiendo perfectamente sus palabras. Llegar intacto a la montaña ya es un premio gordo.

Rojas ya conoce la ley del Tour. El año pasado fue protagonista, disfrutó de subir al podio con el maillot verde y de luchar en cabeza por varias etapas. Pero en el actual le ha tocado la otra cara, la más ingrata. El murciano lo explica mucho mejor que yo en dos de sus tuits: “Esta carrera puede ser la más bonita o la más perra de todas, a mí se me cruzó desde el primer día, rotura de clavícula por tres partes… Lo que más me duele no es la clavícula ni los golpes, sino el saber todo lo que me pierdo a partir de ahora!! En fin la vida es así!”… El Tour es así.

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