Caro, barato o gratis, lo necesitaban
Como no podía ser de otra manera, Barça y Valencia se pusieron de acuerdo en el traspaso de Jordi Alba. Y la cosa ha llegado a buen puerto porque a Llorente le interesaba más vender ahora por 14 que no ver un euro el verano que viene, y porque Vilanova necesitaba un lateral zurdo sí o sí y, como aquel que dice, para ayer. Así las cosas, todos contentos. Y el futbolista, más, pues dejando al margen contratos millonarios, regresa a su casa. Si tenemos en cuenta las cantidades que se pagan en el mundo del fútbol hoy en día, convendremos que 14 millones de euros por la sensación de la Eurocopa, que además tiene 23 años, es casi un regalo. Por Coentrao, por ejemplo, el Madrid pagó alrededor de 30. O el mismo Barça desembolsó 25 por Chigrynskiy. Los grandes siempre pagan más que cualquier otro: Jordi Alba es la excepción que confirma esa regla.
La Eurocopa nos está mostrando al mejor Alba, versión que no diferirá demasiado de la que se verá en el Barcelona, pues andará igualmente rodeado de talento por los cuatro costados. Sí es distinto, no obstante, de aquel chaval que, tras siete años en La Masia, tuvo que buscarse la vida en el Cornellà, de allí saltar a las categorías inferiores del Valencia e, incluso, irse un año cedido al Nàstic. Lo de Alba tiene mérito porque se ha convertido en el mejor lateral de la Euro sin haber nacido carrilero. Él era extremo y, de hecho, en Tarragona ponía patas arriba las defensas siendo un cuchillo por la banda izquierda. Fue Emery quien lo reconvirtió en defensa y le invitó a concentrar sus virtudes (velocidad, desborde y centro) en otra parcela del campo. Del Bosque lo ha pulido y ahora le toca seguir creciendo de la mano de Vilanova en el Barcelona.