El Málaga parece ausente. Los aficionados esperan movimientos en forma de fichajes, pero por el momento, nada. Se impone el sigilo. Todo ello para abaratar costes como principal medida. Mientras, no llega ni sale nadie. Porque hay jugadores que no cuentan (Apoño, Sandro Silva, Iván González, Edinho, Rubén...). Todos tienen contrato en vigor, con fichas altas y nadie quiere pagar un euro por ellos. El fútbol, como España, está en crisis y cada vez es más difícil traspasar a buen precio.

Y como todo es pura calma en el Málaga y nadie habla públicamente desde el 1 de junio, toda la actualidad se limita a lo que unos u otros digan a través de las redes sociales o en sus respectivos países. Ayer habló Rondón. Ya dijo cuando terminó la Liga que no sabía si iba a seguir en el Málaga. Hay supuestos intereses desde la Premier League, pero al Málaga no ha llegado nada. Salvo oferta irrechazable, no le vendería. Encontrar a un jugador joven como él y goleador (aunque esta temporada bajaron algo sus registros), no es fácil. Yo soy de Rondón. El Málaga es un sentimiento. Volveré.