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Somos ricos, pero la pobreza acecha

Comer en Polonia cuesta tres veces menos que en España. Salvo la gasolina, que está igual, el resto de productos básicos a mitad de precio. Cierto que el nivel de salarios es más bajo que los nuestros, pero no para que haya esa diferencia. Aquí no van de ricos pero tampoco asoma la pobreza. Hilo esto con el discurso de Del Bosque. Toda la vida mendigando pasar de cuartos y ahora nos sabe a poco cualquier clasificación. Para mantener el cartel de grande hay que meterse al menos en semifinales durante décadas. No viene mal un baño de humildad. En las granjas que rodean el Hotel de la Selección no se detecta lujo ni ostentación. Pero todas tienen su pequeño jardín, su fachada revocada y un par de utilitarios en el garaje. Y lo mejor: una vida alejada del estrés y la tensión. Tras el aviso del seleccionador parece que eso último lo hemos conseguido. Los jugadores se han mostrado afables con la prensa y nosotros hemos aparcado debates que estaban muy manidos. Tenemos apariencia de ricos pero la pobreza siempre acecha.