Gniewino invita al sosiego

Cada día decenas de kilómetros entre pinos y ciervos para llegar a un sitio en medio de la nada: el hotel de la Selección. En esos largos trayectos, tiempo para la reflexión y para disfrutar de las cerezas que te ofrecen en la venta ambulante de carretera. Tiempo para comprobar que no estamos mal pero tampoco tan bien como quisiéramos. Que a estas alturas el debate del Mundial sobre utilizar a dos medios centro se ha enquistado. Del Bosque lo sabe pero entiende que es un asunto innegociable. Como lo es el buscar estos lugares que otorgan sosiego y calma al equipo. Sin embargo no quiere dar sensación de aislamiento. Difícil.

Aseguran los lugareños que aquí el viento sopla con fuerza todo el año. Curiosamente desde que llegamos eso no ha ocurrido. Bueno, salvo la noche del lunes, con la famosa tormenta que llegó más tarde de lo previsto pero acabó arrasando. Nos libramos por un pelo en el partido. Horas después lució el sol y Vicente aprovechó para intentar pactar una tregua. Él pide comprensión, los aficionados resultados y la Prensa achucha para que recuperemos la forma de juego que nos dio el primer título hace cuatro años. Igual todos debemos contagiarnos un poco del carácter de los polacos. Sosegados.