El Niño tiene algo que obliga a darle otra oportunidad

El Niño tiene algo que obliga a darle otra oportunidad

No es un secreto que Fernando Torres es el ojito derecho de Luis Aragonés. Con su gol a Alemania le dio la Eurocopa 2008 al técnico de Hortaleza. Parece suficiente razón, amén de otras afinidades rojiblancas. Luis y aquél gol subieron a los altares internacionales al 'Niño'. Una promoción imparable que Del Bosque heredó sin rechistar, incluso con sumisión, ya que se llevó al delantero del Liverpool al Mundial de Sudáfrica 2010, a pesar de salir de una lesión que le tenía maltrecho. Ocurrió lo previsto: Torres no hizo ni un gol en la Copa del Mundo y, para mayor dolor, se lesionó en una arrancada en el último tramo de la final. No estaba para nada.

No obstante, Torres tiene algo que atrae, como le ha ocurrido a Luis y a mucha gente que sabe de fútbol. También enamoró a Abramovich, que puso sobre la mesa 62 millones de euros para llevárselo del Liverpool al Chelsea en verano de 2011. El 'Niño' ha firmado este año una de las peores temporadas de su carrera, pero marcó un fantástico gol en el Camp Nou, en la semifinal de la Champions y recuperó algo de crédito. Del Bosque encontró coartada para incluirlo en la lista de la Euro, más allá de que Villa dejara un hueco por su infortunio. Otra vez Torres disfruta de una oportunidad que no han tenido otros, ya sea porque ofrece en el campo prestaciones diferenciadas o por esa ilusión de que haga algo grande aprovechando sus virtudes físicas.

Y en el primer acto ha corroborado el Niño todo lo anterior: no ve puerta, pero ilusiona. Gusta. Atraen sus desmarques, su carrera, su punto diferenciador. La mitad de la crítica y de la afición lo reclama como '9' titular, igual que lo pregona Luis, aunque falle lo infallable. Es verdad: Torres tiene algo que obliga a darle otra oportunidad.