Equilibrio alemán contra Cristiano
Mientras Cristiano sólo piensa en emular a Eusebio en el Mundial de Inglaterra para convertirse en el hombre que dé la medida de toda una selección, e incluso de todo un país; el técnico de la selección alemana se niega a elegir entre defensa y ataque: Löw, una especie de entrenador New Age, tan aseado que sólo le falta llevar banda sonora, busca el equilibrio en todas las líneas como si ese fuera el moderno maná del fútbol.
Equilibrio frente a Cristiano. Así se resume un clásico de la última década del fútbol europeo (los germanos vencieron en el partido por el tercer y cuarto puesto del Mundial 2006 y eliminaron a nuestros vecinos en cuartos de final de la Eurocopa de 2008) entre dos selecciones que buscan recuperar el pulso, cada una a su nivel. La Alemania actual está un buen peldaño por encima. Es seguramente menos fiable, aunque más bella, que en el siglo XX: sigue llegando a las últimas eliminatorias de los grandes campeonatos, pero la multiculturalidad (casi podría hacer un once con futbolistas de origen no alemán) parece haberle dado más desparpajo que determinación. Portugal suele ser una incógnita, vinculada sobre todo a la presencia de trescuartistas geniales capaces de haber hecho triunfar incluso a delanteros tan imanes como Nuno Gomes. Sin Figos ni Rui Costas, parece bastante difícil pensar que Cristiano no vaya a ser su principal arma, si no la única. El problema es que todos la conocemos. Frente al juego de conjunto de Löw, el ardid luso se complica con Cristiano: su apuesta pasa por llegar a este grupo de la muerte de la Eurocopa liberada de responsabilidades. Y ningún equipo que tenga al futbolista del Real Madrid puede ir de tapado por el mundo.