Yo digo Tomás Roncero

Un trienio que sembró la esperanza

Tomás Roncero
Nació en Villarrubia de los Ojos en 1965. Subdirector de AS, colaborador del Carrusel y El Larguero y tertuliano de El Chiringuito. Cubrió los Juegos de Barcelona 92 y Atlanta 96, y los Mundiales de Italia 90, EE UU 94 y Francia 98. Autor de cuatro libros: Quinta del Buitre, El Gran Partido, Hala Madrid y Eso no estaba en mi libro del Real Madrid.
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Hoy se cumplen tres años de la Era Florentino (2ª Parte). Su regreso tras aquella tormentosa dimisión de febrero de 2006, gestada bajo la lluvia de Mallorca, ha ido mejorando la nota en cada curso que ha ido pasando. El primer año acabó en blanco de la mano caballerosa pero poco seductora de Pellegrini. El chileno se quemó a lo bonzo con el Alcorconazo y el Lyonazo. El equipo fue subcampeón de Liga y el fichaje de Mourinho se convirtió en un clamor en la calle Mientras, Florentino ya había ganado la batalla de la credibilidad institucional. El Bernabéu se llenó y vibró emocionado para ver las presentaciones de Cristiano Ronaldo y Kaká. A su vez, Arbeloa, Albiol, Granero y Xabi Alonso garantizaban la españolización prometida. Y el club abandonaba la crónica de sucesos. Ya sólo se hablaba de fútbol. Un alivio.

Llegó Mourinho en el Año II con un objetivo prioritario: arrebatar al Barça la hegemonía futbolística y recuperar la senda de los títulos y de Cibeles. Con las contraindicaciones que ya conocíamos (el portugués nunca creyó en la carrera diplomática y sí en el lenguaje directo), Mou se fue ganando al núcleo duro y a la clase media del Bernabéu, convencidos de que su fuerte personalidad, su profesionalidad ejemplar y su ambición ilimitada constituían la fórmula idónea para recuperar la bandera del fútbol. Y cumplió. Florentino le dio todo el mando, se ganó la primera Copa en 18 años y se fue Valdano. Y esta temporada llegó el asalto final al trono. El Madrid arrasó en la mejor Liga de la historia y sólo los penaltis le dejaron sin La Décima. Pero Florentino respira satisfecho. Su gestión viaja con paso firme y la afición está ilusionada. Feliz aniversario, presidente.

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