Se juega más Vilanova que Guardiola
Si una final ya conlleva de por sí una carga épica fuera de lo común, la de esta noche se lleva la palma. Por un lado, un Athletic que llega a su competición favorita tras un año más que notable que se emborronó en Bucarest. Por parte culé, todo se centra en la despedida de Guardiola. Perdonen que sea el típico aguafiestas, pero ambos planteamientos me parecen un error de bulto, especialmente en lo que respecta al Barça.
Todo esto de que el Barcelona tiene que ganar para despedir a Pep con grandeza me parece que es de una escasa amplitud de miras. Su palmarés, pase lo que pase esta noche en el Manzanares, es un verdadero escándalo. Puede que una derrota fastidie la grandeza de su enésima despedida, pero gane o pierda, será el mejor entrenador de la historia del club.
Lo que debería plantearse el Barcelona es ganar por lo que se le avecina. No es lo mismo preparar el próximo curso con esta Copa que sin ella. Desde mañana hasta el 20 de julio, el club blaugrana vivirá muchos movimientos y mientras se ejecutan, Guardiola estará haciendo una mudanza. Será Vilanova el que deberá tomar las decisiones. Así pues, si debe personalizarse el triunfo o el fracaso del partido de hoy en alguien, me parece que el objetivo es Tito Vilanova, no Guardiola. Es el Barcelona un club que demasiadas veces se pierde en lo estético más que en lo práctico y puestos a ser prácticos, al que más le interesa un éxito hoy es a quien ocupará el banquillo la próxima temporada, que aún no ha empezado y ya le llueve, a la junta directiva y a una serie de jugadores que tienen esta noche la oportunidad de remediar un curso mediocre.