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Amigos para siempre

Cuando vi el final de la etapa estaba absolutamente convencido de que Purito Rodríguez había decidido no disputarle el triunfo a Matteo Rabottini en Pian dei Resinelli. Entendí el gesto como algo así: "Para ti la etapa, que te la has currado; para mí la maglia rosa, y ya me devolverás el favor". Mi sorpresa fue que a mi alrededor muchos pensaban lo contrario, que el italiano había ganado en buena lid. Así que opté por el comodín del público y expresé mi inquietud en Twitter, una red social que funciona bien en este tipo de debates. Ahí encontré a muchos que me daban la razón, y a otros que no. O sea, que la cosa acabó en empate técnico. Combate nulo.

Sigo convencido de que Purito no quiso disputar la victoria a Rabottini. Y si eso es finalmente así, hay que agradecer que el catalán lo haya hecho con tanta sutilidad como para mantenernos a todos con la duda. Alardear de este tipo de regalos daña la imagen. Recuerdo que cuando Armstrong dejó ganar e Pantani en el Mont Ventoux, presumió del detalle hasta el punto de que el propio 'Pirata' se sintió humillado. O esa foto pastelera de Contador y Andy Schleck abrazados tras la meta del Tourmalet. Al menos Rabottini estuvo 151 kilómetros fugado y nadie le va a discutir los méritos. Y lo más importante: si es verdad que Purito le brindó la victoria, al final solamente ambos y su entorno lo saben... Y los dos serán amigos para siempre... Y sobre todo para esta última semana de hostilidades en los Dolomitas.