El proyecto de Tito Vilanova nace tocado
Vuelta al pasado. Joan Laporta ha iniciado su campaña. Vuelve el Elefante Azul, el grupo de oposición que va a tener Sandro Rosell enfrente desde ya. La actual Junta Directiva ha cometido un error, un grave error: traicionar al mejor entrenador de la historia del Barça. La salida de Guardiola está siendo traumática y la decisión de Tito Vilanova de continuar, aún más. Cuantas mentiras, menudo paripé en la rueda de prensa del anuncio del adiós de Guardiola.
Errores varios. No se puede dilapidar un proyecto, un fantástico proyecto tan alegremente. No se puede borrar del mapa a Guardiola con la complicidad de su segundo. Rosell se equivocó y el socio y aficionado del Barça lo saben. Pep fue egoísta por su tardanza en anunciar la decisión sobre su continuidad pero tenía crédito para ello, se lo había ganado. Tito Vilanova, mientras, calla y espera. Queda la final de Copa. Hay que transmitir una imagen de absoluta normalidad. Pero, ojo a lo que ocurra después. ¿Le merece la pena a Tito formar parte de un proyecto que nace tocado? ¿Se arrepiente de la decisión que tomó? Rosell le tenía miedo a Guardiola, por ser amigo de Cruyff y Laporta, e intentó ganarle por la mano el último día y en el último momento. Sus asesores le montaron una estrategia equivocada. Y eso le acabará pasando factura. Rosell debe reflexionar, prescindir de algunos aduladores profesionales, y empezar a dirigir el Barça... Por lo menos hasta que vuelva Laporta.
El papá Higuaín. No hay nada peor que negociar con el papá de un futbolista y menos si también ha sido futbolista. Gonzalo Higuaín es feliz en el Madrid pero su entorno le ha estado mareando un día sí y otro también. No paraba de oír que le pagaban poco y que Mourinho ya no confiaba en él. Higuaín acabó despistado y bajó los brazos mediada la temporada. Supo reaccionar a tiempo pero su padre ha seguido ofreciendo a su hijo por toda Europa. Su ficha supera los cuatro millones de euros por temporada, una cifra importante. Renovó el verano pasado. Tiene todo el derecho a pedir más. Por supuesto. Pero, está cometiendo un grave error: olvidarse de los aficionados, que son quienes siempre han estado a su lado y que ahora se sienten traicionados. Gonzalo tiene que decidir su futuro ya, pero debe hacerlo él y no su padre. El madridismo merece un respeto...y Punto Pelota.